Tenemos a SOS y a HOJIBLANCA que nos perturban, y a muchos de nosotros nos inquietan, y ahora también ha entrado en ese juego sucio, que la mayoría no comprendemos y vivimos de lejos, MERCADONA que, enfrentada a HOJIBLANCA, está dispuesta a impulsar para su comercialización la producción de aceite de oliva en Portugal y Norte de África, implantando, por supuesto, el cultivo intensivo y aprovechando los bajos costos de esos paises.
Hoy me imagino a nuestros viejos olivos de nuestra Andalucía, de nuestra provincia de Jaén, abandonados, caídos, convertida toda esa riqueza nuestra en un desierto árido o en campos solares frios y metálicos que miran al cielo como amenazantes rascacielos que quisieran alcanzar el nectar de los dioses, y, en ambos casos, siento miedo.
Y seguimos esperando, quizá a que ese maná llegue de ese cielo. Y la gente joven no nos quiere oir, porque ya aventura la desgracia y ni siquiera cuenta con ella. Pero estoy segura que a la llamada de una voz limpia todos saldremos corriendo a protegernos debajo de las ramas de nuestros viejos olivos, olvidando los negocios que tengan que ser olvidados.
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