sábado, 6 de diciembre de 2014

TODOS A CUESTAS CON LA COSECHA DE ACEITUNA

Este año todos los aceiteros de Córdoba y Jaén hemos empezado más pronto la aceituna.
Los de Córdoba empezamos siempre en Noviembre y este año la hemos adelantado unos días.
Yo, en concreto tres, por arreglo inesperado de maquinaria.
Todos los de mi pueblo de Jaén la hemos empezado en bloque el uno de Diciembre cuando la antigua costumbre era el ocho, aunque últimamente cada uno la retrasaba según sus intereses.
Mi tierra de la campiña recibió primero la lluvia más abundante, pero por sus características ahora, aunque no le llueva o le llueva poco no se puede entrar en ella en varios días.
En Jaén, al menos en mis olivos, es diferente. La lluvia empapa la tierra, pero la absorbe enseguida, e incluso con dos litros, puede seguir la recolección en algunos lugares.
La aceituna sigue muy escasa y ni siquiera ha engordado la de los olivos que tienen más. Sólo la escasa está gorda y todos los propietarios nos hemos tirado con desesperación a cogerla, esperando buenos precios.
Sí, la lluvia ha decepcionado, además muchas balsas siguen vacías. Aunque en sitios sigue cayendo abundante y se espera más.
Es una cosecha que sabíamos difícil a pesar del crecimiento y el color del árbol.
Yo hace unos días, cuando fui a pesar de mi codo roto y mi rehabilitación, a ver a mis olivos y a mis trabajadores les hable, sobre todo a estos últimos, del trabajo que hay que hacer, a pesar de no recoger nada y pasear mucho.
No pueden desanimarse ni dedicarse al parloteo y a la cháchara, ya que a nosotros, la empresa, nos cuesta mucho esta recolección sin apenas recibir lo necesario y ellos tendrán menos días y no podrán pasar desapercibidos en su labor. El mismo encargado está preocupado y con mis instrucciones los vigilará más.
Ellos lo aceptaron bien y la mayoría hasta me lo agradecieron, porque nos conocen y yo los conozco. Sé que puedo seguir confiando en ellos y ellos entienden mi obligación como seria empresaria.
Con todo, los olivareros estamos sorprendidos agradablemente, porque algunos tenemos, mejores rendimientos que en años anteriores en fechas mas tardías. Tal es mi caso, no sólo en Jaén, sino también en Córdoba donde, siempre y en cualquier fecha, han sido muy bajos. Quizá pensamos haya sido el buen uso de la potasa que habitualmente usamos.
Yo me vine muy contenta. En el suelo, después del gran azote de los vientos, he visto más aceituna, incluso en aquellos que no se la veía en el árbol, y los cargados la tienen en árbol y suelo y, como pensaba, la estamos cogiendo de arriba, sin saber si habrá alguna diferencia de precio. Yo creo que si voy a vender aceite hay que tener el de mejor calidad sin mezclar con ninguno más, aunque en Jaén la del suelo tiene tan buen aspecto que puede confundirse.
Quiero ser honesta y quiero que la gente aprecie nuestro trabajo, nuestro esfuerzo y el gasto que hago por ello.
Nadie, por la carestía que supone, está cogiéndola del árbol, tampoco los que podrían hacerlo y los molinos ni la muelen.¡Ojalá tenga suerte en esta mala campaña y no tenga que llorar. La calidad del aceite no es buena, pero lucharé y haré todo lo posible para conseguir la mejor!

lunes, 10 de noviembre de 2014

EL TIEMPO HA CAMBIADO

Sigue lloviendo, pero ya no hace tanto calor.
La temperatura durante el día suele estar en unos 23 ó 25% y por la noche refresca hasta los 10 ó 15%. tanto en mi campo de Córdoba, como en el de Jaén.
Durante el mes de Octubre cayeron 66 litros en la campiña con olivos y cereal y 51 en Jaén naturalmente sólo con olivos.
Este mes de Noviembre ha empezado bien con los 32 litros de la campiña y los 14 del paraíso de los olivos.
Pero lo importante, lo más significativo es que los agricultores, sobre todo, los olivareros de Jaén, ya no estamos todo el día quejándonos y sufriendo con las conversaciones entre nosotros.
No vamos a tener cosecha. No hay aceituna en ningún sitio, exceptuando algunos olivos dispersos que no tienen todas sus ramas cargadas. Yo, por ejemplo, así tengo unos cuantos y me siento contenta.
Hoy no va a llover, pero los pronósticos son buenos para mañana, el miércoles, el viernes y el domingo.
Ha vuelto la esperanza. Los olivos descansados, con agua, un buen crecimiento y tierra húmeda en este tiempo apuntan a la gran cosecha del año que viene que puede ser semejante al del anterior.
La gente pensamos en ello y otra vez tenemos ganas de trabajar y no lamentamos  tanto nuestra suerte.
Yo confío en mi campo siempre y aunque todavía estoy de médicos sigo atrapada en él y presente en él a todas horas aunque no lo vea.
      

martes, 21 de octubre de 2014

LA LLUVIA Y EL CALOR


Por fin ha llovido en nuestros campos de Andalucía.
En Córdoba 61 litros y en Jaén 42.
Los olivos se han puesto mejor, sobre todo, los de Jaén que se han regado más y tienen menos aceituna.
A los de la campiña, curiosamente cargados de un fruto seco y pequeño, aún no se les nota cambio.
Yo espero que se pongan magníficos dentro de unos días para seguir trabajando llena de entusiasmo.
Aunque este año está siendo duro y se sabe o que no habrá ninguna cosecha o será pequeña.
Ha llovido, pero ahora nos sofoca y nos destroza ese enorme calor de verano que no es propio aquí en estos momentos.
Es evidente que el cambio climático ha llegado para traernos problemas y más preocupaciones. En los pueblos, donde están mis tierras, no se habla, con desesperación, de otra cosa.
He comprado, también por fin, con, su correspondiente contrato, unas fanegas que me lindaban en mi campo de Jaén.
En principio mis hijos se oponían a ello. Querían pisos en Madrid y fue difícil hacerles ver las ventajas de la posesión de explotaciones agrícolas familiares para satisfacer la demanda de alimentos  de un planeta donde los recursos de tierra y agua escasean.
La solución sólo está en los pequeños y medianos agricultores que tendrán, lo que yo siempre he querido, producir una cantidad mayor.
La FAO subraya, en su informe anual recién publicado, que las familias de agricultores gestionarán los recursos agrícolas del mundo y suministrarán más del 80% de sus alimentos.
Aclara igualmente la Organización de Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación (la mencionada FAO) que muchos agricultores son, somos pobres y necesitaríamos ayudas de los Gobiernos.
Ahora en estas circunstancia mías, con compra de finca y no venta de un pedazo de la campiña del que me quería desprender me siento agobiada.
Pero muy contenta porque mis hijos no venderán sus tierras, las trabajarán y ya tienen planes para ir a ellas y aprender a llevarlas. El ejemplo y lo que se ve es lo que nos mueve a todos.
Y estoy segura que el Gobierno, impulsado u obligado quizás por Europa, nos dará ayudas, subvenciones para que podamos conseguir un gran y necesario logro.
Y eso, precisamente eso, ha sido, incluso sin saberlo, lo que siempre he deseado.

lunes, 15 de septiembre de 2014

SIGO LUCHANDO

Todavía sigo de médicos y estoy desesperada. Me escapé al campo, con permiso de alguno de ellos y después a Hondarribia. La casa había que cuidarla.
Allí me sentí mucho mejor, aunque seguía con frio, tos y estornudos.
Al volver han continuado otra vez las citas continuas. Hay una doctora, sobre todo, que se empeña en hacerme pruebas para averiguar perfecta y claramente el síncope que tuve después de la caída.
¿Podría ser a causa del corazón?
Yo lo que creo es que mi problema es otro y los médicos no lo tienen en cuenta. Un problema controlado, pero que produce caídas. Quedan sólo tos y estornudos.
Mi encargado, en particular, se está portando maravillosamente y ni siquiera se quiere tomar vacaciones. Le he dicho que, aprovechando la feria que empieza hoy, use, al menos, todo el mes para descansar y llamar a uno de los trabajadores, dándole la paga necesaria, para sustituirle en el riego que es lo más necesario en estos momentos.
Al final me ha dicho que lo pensará. Hablará con su mujer y su hija que necesitan su atención y poder salir y estar con él.
¡Ojalá lo haga! No se puede estar trabajando siempre con toda la fuerza sin descansar. Y no sólo lo digo por la gente a la que nos entusiasma trabajar, sino por nuestra familia.
Yo tampoco puedo ir a mi maravilloso campo hasta final de mes. Y LLOVERÁ, LLOVERÁ...   

domingo, 20 de julio de 2014

¿VELAR POR LA SALUD?

Por fin me quitaron el terrible collarín y creía que me iban a dar el alta definitiva para poder volver a la mañana siguiente a mi campo y estar entre mi gente. Me marché, sí, aprovechando una tregua de las consultas médicas.
Estuve tres días y comprobé que mis olivos, aunque sin mucha aceituna, se mantienen con crecimiento y buen color y me llevé la alegría de comprobar que el girasol estaba magnifico y es uno de los mejores de todos los alrededores. No me esperaba ver el campo tan bonito ni tan bien cuidado. Todo gracias a mi encargado y al resto de mis trabajadores que se alegraron de verme y me hicieron regalos de bienvenida.
Pero no pude hacer todo lo que hubiese deseado.
No vendí el trigo que, con los análisis de la Conserjería de Agricultura ya en mis manos, he podido comprobar con gran sorpresa y máxima alegría que supera los parámetros del mejor grupo de trigo duro calificado por la Lonja de Cereales de Córdoba el TD1. Naturalmente los análisis del comprador, que ya conocía, eran mucho peores en cuanto a peso específico y proteínas. El comprador estaba de viaje cuando yo fui. Tengo que volver para defender ese poco trigo con toda mi fuerza renovada y con esta esperanza insospechada. El dinero también me hace falta.
Tampoco pude arreglar la cuestión de la hipoteca del trozo de olivos que pretendo comprar. Pensé ver la cuestión en otras entidades bancarias y he llegado a la conclusión que lo mejor es mantenerla en el mismo Banco donde la tiene el vendedor. Es más económico y no supone tantos trastornos.
Quiero volver con todo mi corazón, pero al reanudar las visitas para conseguir la deseada alta, uno de los médicos me ha prohibido terminantemente moverme hasta que no vea a un especialista de corazón con el montón de pruebas prescritas. Una de las cuales no la puedo hacer ya hasta bien avanzado Septiembre.
La cita para el cardiólogo es para el día 28 de este mes.
 Tengo pensado, alentada por un viejo amigo médico que me conoce y sabe que mi ausencia del campo puede suponer un empeoramiento, acudir a la cita con todas las pruebas menos una y convencerle no para ir al Norte de vacaciones, como hago todos los años, sino para volver a  mi Sur. Mi Sur es mi Sur.
 Me espera mi gente, que quiero que tomen unas muy merecidas vacaciones y reciban  de mis manos unas compensaciones por ese magnifico trabajo realizado y me esperan mis olivos, los de siempre y los que voy a comprar, y la venta del trigo y la recolección del girasol. Puedo estar con ellos antes de que acabe el mes.  Me siento mejor y sé que no es momento de hacer locuras excediéndome en el trabajo. 
Esa es la vida que me llena y ya mis hijos me han confirmado que ellos también me quieren ayudar y participar de forma activa en las labores y gestión de la empresa. 
El ejemplo es lo que mueve a la acción y es el lema que ha guiado siempre mi vida. Es eficaz y siempre y en todo da buenos resultados
VELAR POR LA SALUD, POR MI SALUD ES, Y AHORA LO SIENTO MÁS QUE NUNCA,   ESCONDERME ENTRE MIS OLIVOS, ABRAZARLOS Y ESPERAR JUNTOS LA LUZ DE LA LUNA O LA DE LA MUCHAS ESTRELLAS QUE CUAJAN ESE CIELO. AHÍ  VELARÉ CON MÁS ENTUSIASMO TAMBIÉN POR MIS TRABAJADORES. CON TODOS ME SENTIRÉ MUY BIEN. 

jueves, 5 de junio de 2014

SIN VER AÚN EL CAMPO

Han pasado muchos meses y aún sigo de médicos y de pruebas.
Ahora, como último resultado, me han inmovilizado, aún más, con un collarín que es lo peor de todo lo que llevo sufrido, tanto que incluso me produce heridas y llagas en la barbilla.
Me consuela pensar que mis cervicales, mi columna se sentirán mejor después de esta última tortura y  me doy cuenta de que ha sido una cosa grave que, en el fondo, yo he ido buscando día a día, trabajando hasta el límite sin ni siquiera mirar el reloj.
Todo era para el campo y mis nuevos proyectos para él, sin olvidar, en ningún momento, el bienestar de los que conmigo trabajan.
En estos momentos, gracias, sobre todo, a mi encargado y trabajadores con los que hablo a diario, estoy en contacto con mi tierra, mis olivos y  mis cereales. Todos me transmiten que están haciendo las cosas cómo yo las hubiese hecho, quizá incluso mejor, al poner en primer plano la diligencia, realizando tareas que se contabilizan como horas extraordinarias sin querer, de ninguna manera, que les fuesen pagadas como tales 
También algún que otro amigo y trabajador del pueblo ha venido a verme.
Asi lo han hecho los propietarios de unas fanegas de tierra lindantes con las mías que yo quería comprar, pero el precio que me pedían era tan alto que ya había desistido. De repente, sin nadie esperarlo, en esta visita, me las han ofrecido por el coste mínimo en que se pueden cotizar.
El mismo corredor, que estaba con nosotros, dio un grito de sorpresa y, en parte, de indignación. Nadie pensaba en tal oferta si no en la posibilidad de comunicarme la aparición de un nuevo comprador. Pero esas fanegas ya son mías y ahora estoy deseando ponerme buena para poder hablar con el Banco de la hipoteca y ver las mejoras que mi gente, mis trabajadores-amigos han emprendido en ellas.
Y también estoy muy contenta, porque he visto que, fuera de mi familia, hay quien me aprecia y me quiere  y yo sé y quiero agradecérselo.
Y he aprendido la gran lección. NO PUEDO VIVIR TAN STRESSADA NI STRESSAR A LOS QUE TRABAJAN CONMIGO. ELLOS LO HACEN TODO MEJOR CUANDO ESTÁN TRANQUILOS Y YO MÁS TRANQUILA ESTARÉ MEJOR!!!

domingo, 27 de abril de 2014

RESISTIENDO SIEMPRE COMO UN OLIVO

Hace algún tiempo, más del que yo hubiera deseado, que no me pongo en contacto con vosotros por esta vía y han pasado muchas cosas.
En primer lugar:
Los olivicultores de Jaén y de Córdoba hemos terminado nuestra  recolección de aceituna. Todos sorprendidos por la gran cantidad de kilos cogidos, en muchas ocasiones, más del doble de los recolectados en la campaña pasada.
Todos agobiados por la falta de lluvia, el lamentable estado de esquilmo en que han quedado nuestros, ya no tan verdes, olivos y la acumulación, por la larga duración de la recolección, de faenas a realizar con la urgencia que los propios árboles y la misma tierra requieren y exigen.
Y ahí es donde se pone en evidencia la división que afecta a nuestro sector y que, en parte, impide su unión y una acción conjunta contra distribuidores, ellos sí unidos, y proveedores que empiezan a estarlo.
De esta manera, existen en Jaén y, también, en Córdoba muchos propietarios de entre una y cincuenta fanegas de olivos, que trabajan en un sector ajeno a la agricultura y perciben un salario mensual por ello.
Están también, a su lado, propietarios que superan esas cantidades, pero no llegan a las 300 ni se acercan a las 400 hects. no recibiendo otros emolumentos que los generados por la rentabilidad de sus cosechas.
La diferencia entre ellos es considerable.
Para los primeros el campo es un regalo, un plus a sus ingresos o pensiones y todo precio ofertado por sus productos agrícolas les  parece y les viene bien. No discuten. Aceptan.
Ellos cuentan además con las ventajas de familiares, amigos, y ellos  mismos, durante los fines de semana, para trabajar y disfrutar cuidando sus tierras. Eso les evita el pago de peones y, en gran medida, de los costes de la Seguridad Social.
Igualmente, se unen fácilmente para comprar abonos y herbicidas, consiguiendo mejores precios al aumentar las cantidades y  mantener la fidelidad al vendedor.
Pero los problemas para los propietarios del segundo grupo son más graves:
Estos se ven, nos vemos, obligados a contratar peones de fuera.
Aunque algunos hijos empiecen a implicarse en este trabajo del campo, aún no bastan para atender unas faenas que si se retrasan no tienen la eficacia buscada. Eso supone, por tanto, atender salarios y costes de Seguridad Social que no se pagan con la venta del aceite a granel, como hasta ahora estamos haciendo la mayoría de pequeñas y medianas explotaciones que vivimos única y exclusivamente de la venta de nuestros productos.
Las subvenciones no suponen para nosotros más que un alivio pasajero. Las tenemos gastadas con anticipos antes de recibirlas y muchos de nosotros preferiríamos que no existieran si se establecieran unos precios justos y adecuados para los productos agrarios.
En Jaén además hay costes de peonadas muy superiores a los pagados en otras provincias andaluzas con producción olivarera.
Me refiero concretamente a los podadores, conocidos en la provincia por su técnica en el arte de mantener, con su corta, renovados y en pleno rendimiento a olivos centenarios. Así los  talados por ellos muestran gran diferencia con los demás. De esta manera estos trabajadores son buscados por una gran cantidad de olicultores que este año esperamos poder ser atendidos por ellos, bien avanzado Mayo, y estamos dispuestos a pagarles a diario entre 92 y 100 €, jornal que, por supuesto, no se atiene a nuestra Tabla Salarial del Campo ni se ajusta a nuestra economía
Se aprovechan de lo que llaman "Grandes Casas" y no se ajustan a Tabla Salarial.
 En cambio, pueden hacer el mismo trabajo, después de su jornada o en fines de semana, a parientes y amigos sin prácticamente pago alguno y con la ventaja para los propietarios de trabajar todos los días evitando esperas desesperantes.
Yo, llena de ideas nuevas que pienso poner en práctica en breve y que os comentaré cuando cuajen, no pude publicar el artículo que estaba escribiendo para mi blog el día, 15. Fui ingresada ese mismo día en el hospital  completamente grave. Salí  ayer y hoy, día 27, lo publico.
Quiero que sepáis que soy, como os he dicho tantas veces, como un olivo que resiste y se


 fortalece con las dificultades. Me encuentro mucho mejor!!!
LOS QUE AMAMOS Y CUIDAMOS DE OLIVOS, AL FINAL, SOMOS O NOS CONVERTIMOS EN ELLOS.
Sé que pronto los veré!!!

viernes, 28 de febrero de 2014

TAMBIÉN EL TRIGO Y EL GIRASOL Y...

Los problemas para los agricultores que estamos enamorados de nuestro oficio, vivimos ilusionados con él y llegamos cada día al límite de las fuerzas, nunca acaban.
Ahora, ayudados por la lluvia, la creencia de futuras cosechas y otros diversos motivos, estamos olvidando algunos de esos problemas que habitualmente nos aquejan, y seguimos, como hemos hecho siempre, agachando la cabeza y aguantando ante injusticias que nos atañen.
Esa es la única solución a la que recurrimos fácilmente por ser andaluces, estar atados a una cultura y a  la tradición que hemos mamado desde la cuna y de la que parece imposible despegarse.
Así, por ejemplo, en Jaén, donde la cantidad enorme de producción nos está sorprendiendo diariamente hemos cesado de protestar, de quejarnos de la bajada de precios de ese magnífico aceite de oliva.
Yo misma hace dos días, agotada de una lucha en solitario, me he visto obligada, para responder a nóminas y a esas deudas que nunca acaban, a vender mi buen aceite de oliva virgen, primera calidad botella, a 1.8631 euros el kilo
He sentido vergüenza y mucha rabia, y he vuelto a confirmarme en la idea de que la salvación para una  pequeña o mediana explotación agrícola es, sin duda, que todos miembros de la familia se impliquen y trabajen en ella.
Algo, a veces, imposible, porque hijos u otros familiares ganan en otros ámbitos lo que nunca lograrían en el nuestro. Y todavía no saben que en el campo hay mucho más oro que ese oro que ellos aún persiguen.
Sin embargo, los problemas que nos ciegan en estos momentos son inminentes.
Para muchos productores de trigo su  cura y abonado, labores que están  resultando largas y complicadas por la dificultad de acceder a las parcelas con la maquinaria en un terreno rebosante de agua.
Para los que ya estamos pensando en la siembra del girasol también tenemos esos barbechos inundados en los que no se puede arar y además con malas hierbas. Ante estas circunstancias, o bien recurrimos a un herbicida (al tan usado glifosato sabemos que algunas de estas hierbas son resistentes) o esperamos la posibilidad  de meter tractores para su labranza, opción temeraria si atendemos a los pronósticos del tiempo y que requiere, al menos, dos entradas de tractor antes de la siembra.
Precisamente será la elección de semilla para la siembra de esta oleaginosa la que más nos perturba. Este año hemos de seguir una normativa europea que data del 1/1/2013, surgida primero en Rusia, por la que se prohíbe el uso de los llamados "pesticidas matadores de abejas", pesticidas que exterminan a abejas, pero también a ese gusano del alambre, duro como el metal que le da nombre y que todos hemos conocido y sufrido en nuestros campos de girasol.
Está muy bien la protección de las abejas, pero los agricultores y nuestros cultivos también la necesitan. Alternativas debía haber estado preparadas antes de la entrada en vigor de la norma. Pero la investigación no ha resultado comprobada eficazmente, aunque muchas casas han comercializado ya semillas tratadas con otros venenos sin las garantías requeridas.
Yo, como me imagino que haréis muchos de vosotros, volveré al uso del viejo bombo de mi padre arrinconado y olvidado durante los últimos diez años. Nunca lo he visto trabajar, pero, por supuesto, le echaré un insecticida fiable que extermine al gusano, y no a las abejas.Me han hablado bien del clorpiriflos al 5%. Quizás lo utilice.
Y otro de los muchos problemas que nos acecha, como una espada de Damocles, a los agricultores regantes, ya la mayoría gracias a nuestro esfuerzo, es el pago de la factura de la luz que supone que una media del 40% de lo que le cuesta el agua al agricultor de riego tenga que ser destinado al pago de dicha factura, llegando, en algún caso, a superar el 75%, una exposición a los costes energéticos insoportable para cualquier sector, especialmente para el olivar con una gran presión impositiva, precios por los suelos y unos márgenes que ya estaban al límite antes del último tarifazo.
Las manifestaciones en contra de este tarifazo se han extendido por todas las Comunidades. El día 26 se hizo en la nuestra. Yo grité y chillé hasta la extenuación en Sevilla. Unidos todos, firmes y persistentes tal vez logremos ser escuchados, tal vez...
Pero no quiero ser pesimista, ni quiero renegar del campo que es el lugar donde me siento viva, que es mi caballo con alas que me lleva a la luna, a las estrellas y a quemarme con el sol y a mojarme con las nubes sin necesidad de protecciónes.
Animo a los jóvenes a que sigan este camino a que no lo pierdan ni lo olviden y seguramente encontrarán verdaderos momentos de auténtica felicidad. A mí las dificultades me dan más fuerza. Pero necesitamos la vuestra, un futuro joven.            
 

sábado, 8 de febrero de 2014

¿PODREMOS RESPIRAR?

Ahora respiramos más tranquilos los agricultores de Jaén y de Córdoba con los 101 litros de lluvia caídos en la primera provincia y los 84 en la segunda.
Aunque ya algunos olivareros de Jaén desean un descanso de agua que permita terminar la recolección sin pérdidas, ya que el fruto se está cayendo y eso significa  desvalorización del mismo con la correspondiente merma de calidad del aceite y la penalización monetaria al agricultor que ya se impone, de una manera u otra, en todas las cooperativas y almazaras.
Pero sí es verdad que  todos vemos los olivos recuperándose día a día, su rendimiento subiendo y sentimos que el sueño de una próxima mediana cosecha puede cumplirse, a pesar de la cantidad de kilos que se han recogido y estamos recogiendo.
En la campiña el cambio ha sido aún más espectacular. De los barbechos secos y sin ninguna hierba se ha pasado a contemplar y a tener campos de trigos verdes y espesos que crecen con rapidez y que, si el tiempo ayuda, darán el buen y abundante cereal que ya no esperábamos.
Pero en nuestra vida nunca todo es perfecto. No sabemos cómo evolucionará el precio del aceite. Hemos vendido poco, lo justo para saldar las deudas más improrrogables, y porque, como de costumbre, nos inmovilizamos pensando en el remonte de un precio que siempre controlan esos distribuidores y esas administraciones a quienes no interesamos nada.
El Poolred marca en la última semana una subida del aceite de oliva virgen extra de máxima calidad y también del mejor botella, pero el comercio está paralizado. No hay movimiento de ventas, ni camiones cargados de aceite en las carrerteras, ni corredores que puedan indicar posibilidades de vender.
La única solución que nos queda es pedir EL ANTICIPO DE CAMPAÑA, solución a la  que cada año tenemos que acudir, incluso cuando en Diciembre recibimos el segundo plazo de la PAC.
Y lo peor es la noticia difundida, entre otros medios, por el diario IDEAL de Jaén, el día 22 del mes pasado, en la que se daba cuenta del reparto de la nueva PAC que, después de la conferencia sectorial,  supone para Andalucía unas perdidas considerables.
Según la consejera andaluza de Agricultura, nuestra Comunidad recibirá, en el nuevo marco, 418 millones de euros menos que los percibidos entre 2007 y 2013. Según Arias Cañete, la reducción se limitará a 211 millones
La organización agraria ASAJA-Andalucía, si bien con algunos matices la de Jaén, está de acuerdo, como lo hace habitualmente, con el Gobierno y el ministro.
Las demás insisten en un empobrecimiento futuro de nuestra agricultura, con cálculos diferentes.
Para UPA-Andalucía, de lo conseguido en Bruselas, el ministro quita a Andalucía 480 millones de euros y COAG habla de hasta 600 millones.
Jaén es la provincia más perjudicada en este reparto, con nuestro olivar tradicional, en pendiente y  poca producción, pero de un gran valor ecológico.
Probablemente este cultivo desaparecerá, poque el dios que ahora nos dirige no es el del oro líquido, sino el del vil metal que empobrece y achica al hombre.
Y si no hacemos algo ahora y rapidamente ¿Cuándo lo haremos? ¿Preferiremos seguir siendo siempre esclavos aplastados  y por los mismos de siempre? Alguna rebelión se impone. Si no nuestra primavera no llegará jamás.   
    
                                                         

sábado, 18 de enero de 2014

EN MITAD DE LA CAMPAÑA


Muchos olicultores estamos todavía en mitad de la campaña de aceituna. Una campaña que está siendo sorprendente por la cantidad de kilos recogidos.
Estamos contentos y, como siempre, también preocupados.
Contentos por la alegría que nos están dando, sin esperarlo, nuestros árboles. Por el rendimiento que sube poco a poco y, por supuesto, por la lluvia que, ha empezado a ser constante e incluso en algunos momentos abundante y con nieve y les  ofrece a ellos alguna posibilidad de recuperación y a nosotros el vislumbre de una futura pequeña cosecha, porque enseguida pensamos en aquello que nos decían los abuelos: AÑO DE NIEVES...."
Preocupados por los costes de una recogida grande y por los de los inputs que deberemos utilizar para la completa recuperación de unos olivos completamente esquilmados por su enorme producción y los daños causados con las vibraciones para el despoje de la aceituna. 
No tenemos liquidez. La cosecha anterior fue escasa. En esta, el precio del aceite, a pesar de su calidad, como siempre ocurre cuando hay abundante producción, es más bajo que el ofrecido el año pasado. Las esperanzas de su remonte es lejana y todos estamos llenos de deudas y préstamos.
Sin embargo quizá sigamos sin hacer nada. Sólo sabemos mirar al cielo, aguantar y decirnos: "Dios dirá .." mientras seguimos mirando al cielo y quizá también a la luna.
Por eso me ha admirado y, sí, alegrado el resultado de las reivindicaciones de las Asociaciones de Vecinos del Gamonal en Burgos. No me gusta la violencia ni los alborotadores habituales que aprovechan cualquier ocasión para alborotar y destrozar. Eso lo lamento y me avergüenza.
Pero también  lamento siempre, una y otra vez, que los agricultores andaluces no sepamos o no queramos unirnos y que muchos de nosotros todavía no hayamos comprendido que nuestra única salvación es la unión, que también nosotros somos empresarios, porque lo nuestro es un negocio, además de unos enamorados de nuestro campo.
Sí lo creen así, hace mucho tiempo, los agricultores de otros países e incluso, en muchas Comunidades de nuestro país, nuestros compañeros trabajan de la misma manera, unidos en asociaciones cooperativas, etc, etc.
Los pequeños y medianos productores tendremos, sin más remedio, que entrar en esa rueda y con más motivo cuando, eso sí que lo sabemos, la exportación del buen aceite de oliva, con la calidad que nosotros conseguimos, es uno de los factores más importantes en la ayuda del levantamiento económico de nuestro país.
La exportación ya está haciendo triunfar entre nosotros a aquellos grandes olivicultores que se han atrevido a emprenderla. Forman un círculo cerrado, difícil todavía de abrir, pero en el que todos tendremos que participar. Nos vemos obligados a participar, a romper barreras, cuanto antes mejor, aunque tengamos que olvidarnos de algunas comodidades, muchos complejos y mucho conformismo que nos viene de siglos.
Y no olvidemos nunca que Andalucía ha sido siempre el lugar elegido para el asentamiento de las más prósperas civilizaciones por su situación geográfica y la riqueza de su tierra.
Y yo siempre con la misma cantinela, pero , estoy segura, "EL QUE LA SIGUE LA CONSIGUE"      

jueves, 2 de enero de 2014

BUENA ENTRADA DE AÑO

A pesar de todos nuestros temores, los agricultores de Jaén y Córdoba hemos sido sorprendidos con una buena entrada de año.
Ha empezado a llover y las previsiones de precipitaciones, aunque no con muchos litros, son optimistas.
Empezamos a tener esperanzas sobre la próxima cosecha del olivo. Y ya nuestros camiones de aceituna, con el agua, han vuelto a pesar lo que esperábamos y no sufren tanto las sacudidas de los vibradores que los seca.
Podemos decir que si esta no es " la gran cosecha del siglo" es una gran cosecha, una muy buena cosecha por esa cantidad de kilos que ahora estamos todos, inesperadamente, cogiendo.
También el rendimiento que, a principio de la recogida, era bajo para estas tierras de Jaén sube poco a poco y se ve compensado por la cantidad de un fruto esponjado y reluciente, un fruto que en gran parte aún permanece en el árbol y garantiza la buscada calidad del aceite.
Por otra parte, los precios de aceite y de trigo se han movido. Especialmente los de este último que en la última MESA DE CEREALES DE CONTRATACIÓN DE CÓRDOBA han experimentado, en todas las categorías,  una subida que va de los tres a los siete euros en el TRIGO DURO GRUPO TD4.
 En cuanto al aceite, los italianos ya han comprado alguna partida nuestro oro líquido. Y  nosotros, a la espera de que los distribuidores vengan, como buitres que son, por nuestro producto, con el beneplácito y el aplauso habitual de la Junta de Andalucía y del Gobierno Central, tenemos que defendernos, unidos, de ser expoliados por ellos, inventando nuevas fórmulas
¡Ojala el nuevo año nos traiga ese sueño, porque lo hemos perseguido con constancia  y fuerza durante mucho tiempo. DEMASIADO!!!