domingo, 26 de febrero de 2012

TODO MENOS BAJAR LA CABEZA

El trigo está a punto de secarse completamente, si no llueve en estos días, en los que ya estamos oyendo y leyendo por todos lados que estamos viviendo el invierno más seco desde 1940 y los pronósticos de lluvia son poco favorables en Internet, en radios, televisiones o prensa. Sólo se informa de pequeñas cantidades para principios de mes.
Yo prefiero ser optimista y creer más a los más viejos del pueblo que confían en otras cantidades y, sobre todo, a esa luna llena que se aproxima y a la que yo veo cada noche ponerse más hermosa.
A ella siempre acudo en mis dificultades, escondida en la vede oscuridad de la iglesia de los olivos y ahora rezo por ellos. porque los que no tienen riego ya están sufriendo demasiado y muchos de los que disponen de él, desde hace unos días, han tenido que empezar a recibirlo con el coste no previsto que ello va a suponer.
Lo que tengo cada vez más claro en estos momentos, en que todo está paralizado, en que no hay seguridades acerca del resultado del almacenamiento privado y de la llegada de las lluvias, momentos,  también en los que se sigue discutiendo sin esperanza del futuro de la PAC, es que ineludiblemente tenemos que poner nuestro talento y nuestra imaginación a trabajar.
De nuestras cosechas ya nos es imposible vivir y yo estoy estudiado, hace algún tiempo, sacar otra rentabilidad a mi tierra, no sólo para mí, sino también para la gente que la está trabajando con toda su habilidad y que no quiero ni puedo ni debo despedir por esa falta de liquidez que nos ahoga, apretándonos cada vez más fuerte.
Y así, no sólo intento la comercialización racional de nuestro buen aceite, sino que sueño con pequeñas parcelas de huertos ecológicos llenos de cebollas, alcachofas, tomates, habas e incluso llenos de frutales y flores.
Todo menos seguir llorando y esperando con la cabeza agachada mientras nos hundimos en esa tierra que es nuestro sostén y siempre debe garantizar  nuestro descanso.

sábado, 18 de febrero de 2012

LAS BARBAS DE NUESTROS AMIGOS ESTÁN EN REMOJO

Hoy me siento, como muchos de vosotros amigos olicultores, con la soga más apretada a mi garganta que nunca.
Todavía no he pagado las nóminas de la recogida de la aceituna del mes de Enero. Tras muchos esfuerzos e intentos he vendido hoy, par poder pagarlas el lunes, algo de aceite virgen botella al precio irrisorio y vergonzante de 270 y 275 pts. el kilo.
El mercado está parado. La idea generalizada de que la producción de esta campaña va a superar el millón seiscientas mil toneladas ha paralizado a los compradores, que se sienten dominantes en estas situaciones, seguros de que con esta cantidad van a tener aceite disponible, para este año e incluso para el próximo, a precio muy barato, aunque no hubiera una buena cosecha.
Porque es cierto que muchos, la mayoría de nosotros, hemos terminado ya nuestra recogida, pero sabemos que hay varias almazaras que siguen trayendo y molturando aceituna de otras provincias lo que aumentará la cifra estimada de aceite. 
De las anticipos de cosecha y de las pólizas de crédito que ofrecen los Bancos, después de haberlas estudiado una a una, prefiero no hablar, aunque me veo ya obligada a volver a solicitar el anticipo de la subvención.
Prefiero meditar sobre el espectáculo de ayer en Córdoba donde los agricultores regalaban sus ricas naranjas, porque el precio de su venta no compensa su recogida. Yo enseguida recordé aquello que hemos oido desde niños:"Cuando las barbas de tu vecino veas mojar, pón las tuyas a remojar". En Marruecos también hay olivos y ahí están los recientes acuerdos de la Comunidad Europea con Marruecos y ahí sigue nuestros políticos siempre ocupados en sus elecciones  y en inventar palabras que ya no embaucan.

lunes, 6 de febrero de 2012

¿DE QUIÉN ES LA TIERRA?

Nunca nos habíamos encontrado los olicultores en una situación como la actual. Esta campaña está siendo muy dificil. No tenemos liquidez ni siquiera para pagar las nóminas de los aceituneros que nos están recogiendo la cosecha.
Yo, que llevo mi aceituna a una almazara, no puedo venderla, porque el precio  de compra  es tan bajo que se aleja mucho de los costes que me supone recogerla o porque incluso así, no hay comprador que la quiera.
Los Bancos ofrecen el préstamo de anticipo de campaña, pero el interés es alto y paraliza el hecho de no poder afrontarlo. Y lo que es irremediable es el pago de unos salarios altos y merecidos, si nuestro aceite nos fuese a nosotros rentable.
Se ha convertido en auténtica realidad aquello de que " el campo para el que lo trabaja", algo que siempre me ha parecido digno y justo, pero cuando el campo no puede ser trabajado por el grupo familiar y hay que contratar trabajadores de fuera, pagar abonos, maquinaria, gasoleo y averias el balance, que estos días todos acabamos de terminar, da resultados negativos y, con suerte, resultados de "lo comido por lo servido.
¡Qué lejos nos encontramos ahora de  aquellos  aceituneros altivos de Jaén de los que hablabla el poeta! Ya la tierra es para el que la trabaja con sudor o con su contrataciones.Tal vez el almacenamiento privado de 100.000 toneladas de aceite, que se acaba de anunciar y que ya se comenta, nos permita pagar todo que debemos.