viernes, 25 de octubre de 2013

¿SEGUIRÁN LAS DIFÍCULTADES?

Las cosas siguen difíciles. La lluvia ha aliviado un poco nuestros campos y, aunque por algunas zonas de Jaén, el agua ha sido escasa, nuestros olivos son agradecidos y, como sabemos, dos gotas de agua del cielo los cambian de un día para otro.
Confiemos en esa gran cosecha que tanto necesitamos y sigamos cuidando nuestros árboles con el especial empeño con el que lo hemos hecho este año.
Y, sobre todo, preparemos nuestras armas contra esos distribuidores que, como buitres, se lanzarán ansiosos sobre esa nuestra cosecha, fruto de un trabajo continuo, lleno de sudor, sacrificio y esfuerzo, pero también  de ilusiones y sueños.
Unos buitres, esos buitres, que no están dispuestos a dejarnos participar en la comercialización ni en los tan "cacareados" aumentos de las exportaciones de nuestro producto.
Esta  campaña que se avecina es la apropiada para que los agricultores nos concienciemos de que, siendo productores, tenemos derecho a ser parte esencial en la cadena de mercado. Las Organizaciones de Productores se van a favorecer, según todos los pronósticos, por la PAC y por todas las Administraciones.
Somos nosotros los acostumbrados a bajar la cabeza y "ellos todos ellos" esperan siempre eso. Además juegan muy bien, porque conocen perfectamente nuestras debilidades y nuestras necesidades.
Un ejemplo en estos momentos de lo que acabo de decir lo estamos viviendo en los cereales. 
A pesar de la poca cosecha, y hay también que decirlo,  la mala calidad por la meteorología sufrida,   los precios son más bajos aún que los del año pasado. Ayer, ante las perspectivas del mercado y la presión de mis deudores, vendí las pipas a 55 pts, 0,33 €, cuando ya el año pasado las tuve que vender a 60 pts. 0,36 €.
El trigo es imposible venderlo a un precio tan miserable como el que se fija, en las últimas Lonjas de Comercialización, para los parámetros que, en general, se han obtenido en las campiñas andaluzas.
O tomamos en serio nuestra situación todos juntos o seguiremos siempre igual, luchando solos con nuestras dificultades y como marionetas de aquellos gigantes que nos amenazan y nos asustan.