domingo, 27 de abril de 2014

RESISTIENDO SIEMPRE COMO UN OLIVO

Hace algún tiempo, más del que yo hubiera deseado, que no me pongo en contacto con vosotros por esta vía y han pasado muchas cosas.
En primer lugar:
Los olivicultores de Jaén y de Córdoba hemos terminado nuestra  recolección de aceituna. Todos sorprendidos por la gran cantidad de kilos cogidos, en muchas ocasiones, más del doble de los recolectados en la campaña pasada.
Todos agobiados por la falta de lluvia, el lamentable estado de esquilmo en que han quedado nuestros, ya no tan verdes, olivos y la acumulación, por la larga duración de la recolección, de faenas a realizar con la urgencia que los propios árboles y la misma tierra requieren y exigen.
Y ahí es donde se pone en evidencia la división que afecta a nuestro sector y que, en parte, impide su unión y una acción conjunta contra distribuidores, ellos sí unidos, y proveedores que empiezan a estarlo.
De esta manera, existen en Jaén y, también, en Córdoba muchos propietarios de entre una y cincuenta fanegas de olivos, que trabajan en un sector ajeno a la agricultura y perciben un salario mensual por ello.
Están también, a su lado, propietarios que superan esas cantidades, pero no llegan a las 300 ni se acercan a las 400 hects. no recibiendo otros emolumentos que los generados por la rentabilidad de sus cosechas.
La diferencia entre ellos es considerable.
Para los primeros el campo es un regalo, un plus a sus ingresos o pensiones y todo precio ofertado por sus productos agrícolas les  parece y les viene bien. No discuten. Aceptan.
Ellos cuentan además con las ventajas de familiares, amigos, y ellos  mismos, durante los fines de semana, para trabajar y disfrutar cuidando sus tierras. Eso les evita el pago de peones y, en gran medida, de los costes de la Seguridad Social.
Igualmente, se unen fácilmente para comprar abonos y herbicidas, consiguiendo mejores precios al aumentar las cantidades y  mantener la fidelidad al vendedor.
Pero los problemas para los propietarios del segundo grupo son más graves:
Estos se ven, nos vemos, obligados a contratar peones de fuera.
Aunque algunos hijos empiecen a implicarse en este trabajo del campo, aún no bastan para atender unas faenas que si se retrasan no tienen la eficacia buscada. Eso supone, por tanto, atender salarios y costes de Seguridad Social que no se pagan con la venta del aceite a granel, como hasta ahora estamos haciendo la mayoría de pequeñas y medianas explotaciones que vivimos única y exclusivamente de la venta de nuestros productos.
Las subvenciones no suponen para nosotros más que un alivio pasajero. Las tenemos gastadas con anticipos antes de recibirlas y muchos de nosotros preferiríamos que no existieran si se establecieran unos precios justos y adecuados para los productos agrarios.
En Jaén además hay costes de peonadas muy superiores a los pagados en otras provincias andaluzas con producción olivarera.
Me refiero concretamente a los podadores, conocidos en la provincia por su técnica en el arte de mantener, con su corta, renovados y en pleno rendimiento a olivos centenarios. Así los  talados por ellos muestran gran diferencia con los demás. De esta manera estos trabajadores son buscados por una gran cantidad de olicultores que este año esperamos poder ser atendidos por ellos, bien avanzado Mayo, y estamos dispuestos a pagarles a diario entre 92 y 100 €, jornal que, por supuesto, no se atiene a nuestra Tabla Salarial del Campo ni se ajusta a nuestra economía
Se aprovechan de lo que llaman "Grandes Casas" y no se ajustan a Tabla Salarial.
 En cambio, pueden hacer el mismo trabajo, después de su jornada o en fines de semana, a parientes y amigos sin prácticamente pago alguno y con la ventaja para los propietarios de trabajar todos los días evitando esperas desesperantes.
Yo, llena de ideas nuevas que pienso poner en práctica en breve y que os comentaré cuando cuajen, no pude publicar el artículo que estaba escribiendo para mi blog el día, 15. Fui ingresada ese mismo día en el hospital  completamente grave. Salí  ayer y hoy, día 27, lo publico.
Quiero que sepáis que soy, como os he dicho tantas veces, como un olivo que resiste y se


 fortalece con las dificultades. Me encuentro mucho mejor!!!
LOS QUE AMAMOS Y CUIDAMOS DE OLIVOS, AL FINAL, SOMOS O NOS CONVERTIMOS EN ELLOS.
Sé que pronto los veré!!!