martes, 15 de mayo de 2012

EL DÍA DE SAN ISIDRO

Hoy, día de nuestro patrón, pocos lo estarán celebrando. Quedamos pocos y todos los días nos despertamos con una nueva preocupación.
Las lluvias nos calmaron al ver el resplandor de nuestros olivos, pero ya los sentimos, como nosotros, ahogados por el calor y tememos el adelanto precipitado de una floración que, en muchos sitios, este año va retrasada.
Por otra parte, las medidas que, hasta el momento, se han decidido tomar en las reuniones de  la Mesa de la Sequía a la que, de manera periódica, el Ministerio ha estado convocando a las distintas organizaciones agrarías para evaluar la evolución de las lluvias y el daño causado en los cultivos no han convencido a nadie. Se proponen nuevas y más amplias acciones, pero se tiene la sensación de que, una vez más, todo, incluso lo mínimo, quedará en "aguas de borrajas".
Por eso tampoco esperamos demasiado de las conversaciones mantenidas este mismo martes por varios dirigentes de ASAJA-A y del Secretario General de ASAJA-SEVILLA con la nueva delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, a quien han expuesto los principales problemas del campo andaluz e igualmente la necesidad urgente de reducir la fiscalidad agraría para los olivareros andaluces, un sector, que pese a llevar ya cuatro ejercicios en pérdidas, se ha visto excluido de la reducción de cargas fiscales publicadas por el Ministerio de Hacienda.
Estas peticiones, con sus informes correspondientes, previamente presentados por la misma ASAJA a los responsables de la Secretaría de Hacienda, fueron entregados a Carmen Crespo que se ha comprometido a trasladarlos al Gobierno.
Pero para que las cosas se arreglen de verdad  en nuestros campos tiene que acabar, de una vez por todas, la realidad y la idea de los "terratenientes andaluces" y tenemos que inventar y crear empresas agroalimentarias que, en una competencia rentable y efectiva, sepan y puedan comercializar nuestros productos y enseñar a todo el mundo nuestra calidad y los valores añadidos que esa calidad conlleva. e
Y yo he celebrado el día de nuestro patrón paseando con una sonrisa entre los olivos, pensando con ellos, trabajando para ellos e inventando lo mejor para que den trabajo y seguridad a los que no podemos vivir sin ellos.
Siempre termino con el mismo mantra que es mi rezo y mi esperanza y mi ilusión.     

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