
De la misma manera, se expone en este artículo lo ya conocido por todos nosotros y que yo denuncio desde aquí en solitario: las diferentes posturas de las asociaciones agrarias a la hora de reclamar responsabilidades, las posibles causas de la actual crisis de los precios del aceite. Y, sobre todo, refleja algo que para mí es lo más importante y con lo que estoy totalmente de acuerdo: nuestra propia responsabilidad. Hemos hecho pocos esfuerzos en la promoción de nuestro oro líquido para situarlo, con unos altos niveles de calidad, como uno de los alimentos más saludables y beneficiosos para la salud. Yo siempre he procurado, en la medida de mis posibilidades, sumarme a esta postura, pero este año he visto cómo el aceite, cuidado y recogido con esmero, se vende como el lampante y sé que, como yo, hay muchos olicultores decepcionados.
Pero no podemos tirar la toalla ni dejar que las riendas las tomen otros y me ha alegrado el último comentario que me habeís escrito. Voy, como en él se me indica, a escribir una carta abierta a los periódicos nacionales y ojalá todos vosotros lo hicieraís también para, entre todos, poder llegar a formar una PLATAFORMA DEL OLIVAR, al margen de sindicatos y asociaciones.
Ahora los olivos, con las últimas lluvias, están preciosos y se prevé
una buena cosecha para el año próximo. No podemos dejar que se pierdo. Y yo no quiero tampoco, igual que todos vosotros, dejar de ver en la cima de todas las sierras de la provincia de Jaén unos olivos que son el orgullo de nuestro paisaje y la admiración de todos los que nos visitan.

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