Después de las noticias alentadoras de un aumento de la primera asignación económica europea para Andalucía al día siguiente de la última reunión del Consejo de Europa, se presume una posible prórroga de la financiación de la PAC por falta de acuerdos y se esperan decisiones definitivas en el próximo Consejo de Febrero.
Nosotros ahora estamos preocupados por la campaña que muchos hemos empezado. Los rendimientos, que los primeros días eran altos e impulsaron a una recolección temprana, bajaron y algunos de los que la habíamos empezado, la suspendieron.
Ayer, sin embargo, yo notifique un ligero remonte en mis últimos análisis, al mismo tiempo que constaté que los frios de estos días habían helado la aceituna, de modo que ya todos nos hemos visto obligados a cogerla esperando un mejor rendimiento graso y temiendo su rápido deterioro.
También estamos temerosos por el precio, siempre inseguro, del aceite, por esas lluvias y ese frio que, según los pronósticos van a continuar, y por los perjuicios que en la cosecha y en la tierra nos puedan causar.
Ya, a mí, las riadas me han destrozado las dos balsas de las que disfruto, la de Córdoba, en un terreno propicio a deslizamientos, y también la de Jaén y estoy segura que las reparaciones mermarán considerablemente lo que se pueda conseguir de una recolección este año exigua para todos.
Definitivamente nuestro oficio no es para hacerse rico, sino, como se oye decir, para quejarse mirando al cielo y apoyándo nuestros pies firmemente sobre la tierraseca o inundada.
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