Lo primero. El viernes pasado asistí a una reunion a la que fui convocada por Asaja de Córdoba para tratar el tema de las inundaciones sufridas en esa campiña por las pasadas lluvias del pasado y de este mismo año.
Salí decepcionada. Se pretende reclamar a la Administración los daños patrimoniales causados por su negligencia, mediante un previo informe pericial de la Universidad de Córdoba que recaería sobre la Agencia Andaluza del Agua y cuyo coste se calcula en más de 7000 €, sufragado por todos los socios que adhieran a él. Este informe sería determinante para seguir con el procedimiento y en el caso de su viabilidad cada propietario contrataria particularmente a un perito cualificado para determinar los daños concretos de su finca y su imputación. Puede ocurrir que, después de haber pagado a la Universidad, el perito de un agricultor informe que sus daños no son imputables a la Administración.
En mi caso concreto, hablando con el ingeniero responsable de las carreteras que dan acceso a mi finca me ha asegurado que yo no tendría problemas si por fin se realizaran las obras que están programadas y aprobadas, pero suspendidas por falta de presupuesto. En la reunión también expuse mi caso, pero alli me dejaron con la libertad de mi decisión.
Sé que muchos agricultores que no se han visto afectados por desbordamientos de rios o arroyos o por desembalses de pantanos no van, como yo, a sacarle las castañas del fuego a una Administración arruinada y con la que nos sentimos desprotegidos. Y me gustaria ser solidaria con casos, como los que allí contó algún agricultor, cansado de las promesas y pasividad de nuestras administraciones. No recibimos y no podemos dar ni darnos. Tampoco podemos impulsar a la Administración para que cumpla con sus obligaciones.
El almacenamiento del aceite es otro tema que a todos nos tiene preocupados y pendientes. Los precios siguen bajando y todos seguimos esperando y malviviendo.
Precisamente el día de la reuníón en Asaja, Ignacio Fernández de Mesa acababa de venir de un entrevista con la Ministra donde le informó sobre las negociaciones que estaba llevando a cabo en este asunto. El único comentario de Ignacio fue: "SIN IMPORTANCIA" y nos dejó a todos con la boca abierta y paralizada para preguntarle algo más. Y no es cuestión de haber tenido "un mal día", porque el almacenamiento está ahí sin impulsos, callado y nosotros ya nos estamos comiendo los dientes.
Pero otra vez han llegado las lluvias que esperemos que ellas ahora no nos dañen y, al menos, hagan sonreir a nuestros olivos y crecer a nuestros cereales.
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