Zapatero se está volcando en Andalucia. Sevilla será su modelo para iniciar y promocionar su economía sostenible y en Canal Sur sigue hablando de la innovación, de la reducción de peonadas e incluso de la sanidad andaluzas y de los daños de ese temporal que a tantos ha dejado sin nada y que irremediablemente hay que paliar.
Pero los miles de agricultores que estuvimos escuchándole atentos, esperando que nos dedicara unas palabras nos sentimos otra vez indignados, utilizados y cada vez más defraudados.
Nuestros campos, nuestros olivos, nuestra ganadería no interesan, no merecen, ni siquiera, una breve mención ni la calificación de zona catastrófica. Lo hemos vuelto a comprobar también en una intervención donde se pretendía conquistar nuestras vacilantes voluntades.
Y sí, Andalucía es una de sus grandes canteras para ganar las elecciones y se interesan por ella, porque sin ella y sin Barcelona les sería difícil vencer. Y Zapatero visita a Griñán, visita a Montilla. Hasta ahora el gran voto socialista en nuestra tierra ha estado en el campo, pero el campo ya no quiere más desprecio, más mentiras.
Nuestros campos, nuestros olivos, nuestra ganadería no interesan, no merecen, ni siquiera, una breve mención ni la calificación de zona catastrófica. Lo hemos vuelto a comprobar también en una intervención donde se pretendía conquistar nuestras vacilantes voluntades.
Y sí, Andalucía es una de sus grandes canteras para ganar las elecciones y se interesan por ella, porque sin ella y sin Barcelona les sería difícil vencer. Y Zapatero visita a Griñán, visita a Montilla. Hasta ahora el gran voto socialista en nuestra tierra ha estado en el campo, pero el campo ya no quiere más desprecio, más mentiras.
No podemos esperar nada de nuestros gobernantes. Queremos ver que la reducción de las Consejerías que ha hecho Griñán nos va a afectar positivamente a nosotros y de eso no se habla.
Ojala tuvieramos nosotros sólos, los pequeños productores, las cooperativas y almazaras la posibilidad de unirnos para resistir las ofertas de los pocos distribuidores, que incontrolados, nos ofrecen por nuestro producto precios ridículos que, a veces, no podemos rechazar, agobiados por la necesidad.
Este año no puede pasar lo del año pasado.Y ya los precios están bajos y ya hemos sufrido pérdidas en nuestras cosechas, en nuestras infraestructuras, pero de eso nadie habla, nadie nos habla. La agricultura sostenible no parece existir, ni servir, siquiera fuera para consolarnos. No somos bancos que esos seguro que sí son muy sostenibles.
Este año no puede pasar lo del año pasado.Y ya los precios están bajos y ya hemos sufrido pérdidas en nuestras cosechas, en nuestras infraestructuras, pero de eso nadie habla, nadie nos habla. La agricultura sostenible no parece existir, ni servir, siquiera fuera para consolarnos. No somos bancos que esos seguro que sí son muy sostenibles.
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