domingo, 6 de septiembre de 2015

EL CAMPO DESPUÉS DEL VERANO

He vuelto al campo después de unos  pocos días de descanso en Fuenterrabia y hago igual que hacia mi padre  que pensaba que se tenía bien merecidas unas vacaciones en un sitio donde no tuviera que pasar ese calor estival al que nos tienen acostumbrados nuestras tierras.
Recuerdo aquellos viajes cuando yo era muy pequeña. Me parecían larguísimos y no se acababan nunca. También recuerdo de que no lo pasaba bien.
Salíamos con unas amigas y una muchacha al parque a jugar a los cromos. Mis padre se tomaban vacaciones de sus hijas en aquellos días y apenas los veíamos.
Yo quería volver para verlos y jugar con las niñas del campo a las cocinitas, que quedaban preciosas en los troncos de los grandes olivos con sus pedazos de platos rotos y que buscábamos y  encontrábamos en la basura, situada, naturalmente, en un gran hoyo hecho debajo de un olivo.
Así, desde pequeña, siempre he preferido el campo, mi campo y sus gentes, a cualquier otra vacación, porque yo tenía siempre una vacación que me colmaba de felicidad.
Y ahora,cuando me dedico de lleno al campo, después de haberlo intentado en varias ocasiones y de haber trabajado en una institución oficial, me encuentro con aquella felicidad de mi infancia.
He visto mi campo fantástico, mejor de lo que me suponía, gracias, y siempre lo digo, a mi buen encargado y a mis trabajadores que sienten esa atadura con la tierra como la siento yo, como creo que les estoy transmitiendo yo. La tierra que cultivan, en gran manera, es igualmente o más suya.
Es verdad que los olivos sin riego de Córdoba están muy mal, pero no completamente secos, como yo temía. A algunos se les puede mirar y más ahora que ya, por fin, empezó a llover allí y en Jaén unos litros que los revivirán.
Lo sabíamos todos, ya no podíamos aguantar más, teniendo olivos sin riego, sin agua y en terreno muy seco. No se hablaba de otra cosa y ahora surge esperanza. incluso con poca agua me conformaría, nos conformaríamos.
Estoy, de todas formas, muy preocupada por el precio que está alcanzando el aceite con esta falta de futura cosecha y de aceite virgen extra.
Mucha gente comprará otros aceites o comprará pequeñas cantidades para usos especiales, porque, incluso el lampante, está a un precio tan alto como nunca.
No quiero, no queremos, precios altos, queremos un precio con el que podamos mantener nuestros cultivos y mantener nuestra clientela.
Esta lluvia, que se prevé también para mañana y quizá también para el día 14, es una salvación que todos consideramos una rama fuerte a la que hay que agarrarse para no volver a caer.
Seguro que, deseándolo todos, algo bueno o mejor conseguiremos de ella.
"Así sea" y termino con esa frase eclesiástica que nunca uso, pero, en estas ocasiones, era en las que mi padre la usaba y era escuchado. No sé por quién, pero que yo ahora necesito usarla.
Necesito tener, por el esfuerzo de todos y el mio propio, tres cuartos, al menos, de una de mis mejores cosechas.  


Mis olivos ahora...

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