domingo, 10 de febrero de 2013

LA CAMPAÑA HA TERMINADO

Practicamente todos los olivareros hemos acabado nuestra campaña. Las cooperativas y almazaras están  cerradas y las pocas que quedan abiertas lo harán el lunes o a lo largo de la próxima semana.
Ha sido para todos la peor cosecha de los últimos años. Incluso yo que, veía a muchos olivos cargados de fruto, he sido decepcionada por los resultados. Y es un hecho que, en Jaén, se ha recolectado un 80% menos que en la campaña anterior, como nos habían anunciado y sabiamos.
Con todo, curiosamente, me puedo sentir satisfecha, porque gracias a los olivos que tengo más olvidados en Córdoba, el montante total de mi recogida es sólo el 50% menos que el del año anterior.
Nuestro consuelo sería, empezó a serlo, la subida del precio del aceite que sigue estancado. Aunque no es un consuelo en el que podamos confiar con la situación económica de nuestro país y el bosillo de sus compradores que están ya desviando su consumo a aceites más baratos que el nuestro, sin importarles calidad ni caracteristicas organolépticas o saludables.
Pero no por eso, ni por el nuevo presupuesto europeo, que destina a Andalucía 5.131millones menos, lo que supone un recorte del 13%, con 312 millones en las ayudas agrícolas - cifra que, incluso, se considera buena por inesperada- he dejado de moverme. Lo he hecho con más entusiasmo y fuerza. La fuerza que me dan siempre mis olivos, nuestros olivos que ahora están contentos y me sonrien, nos sonrien con la lluvia aún sobre sus hojas y los cuidados, que con esfuerzo y sacrificio ya hemos empezado a proporcionarles.
Y así el jueves pasado me reuní con todos los socios de la API a la que pertenezco. Les expuse mis ideas, que ya conoceis, de comercializar nuestro buen aceite de máxima calidad por nosotros mismos.
En principio, sería una comercialización via on line y de pequeña cantidad - nadie se puede permitir en estos tiempos grandes desembolsos- en almazaras de los propios socios, situadas en diferentes puntos geográficos, para que cada productor pueda llevar su aceituna al lugar que más le convenga por proximidad o coste de molturación. Se cuidaría extremadamente el etiquetado y el envasado y se intentaría dar un valor añadido a las ventas con planificación de visitas turísticas a nuestra zona, para dar a conocer nuestro paisaje, nuestros campos, con su asombroso mar de olivos, nuestros molinos, nuestras costumbres y, por supuesto, nuestra excelente gastronomía.
Y no nos limitaríamos en un futuro, que espero que sea próximo, a la venta de aceite en nuesto país, si no que, siguiendo las repetidas y ya cansinas recomendaciones de todos los dirigentes políticos, saldríamos al extranjero con gente dispuesta a trabajar, que no se asusta del cansancio y no busca el enriquecimiento rápido y a costa del engaño.
Quizá, si necesitaramos más gente y gente que realmente ama a los olivos, ver su nombre y su producto y su sabor admirados por todo el mundo, convocaríamos una asamblea en ASAJA- CÓRDOBA para discutir estos temas. De todas formas, no queremos muchos productores implicados en el proyecto. Pocos, bien unidos y compartiendo las mismas dificultades y preocupaciones y, si los hay, algún éxito.
Frente a esto, me han hecho sonreir las palabras de ayer del Presidente provincial del P.P. de Jaén, explicando la campaña que va a poner en marcha este partido en la provincia en defensa del campo jienense y de su olivar y cuyo lema será: "El P.P. CUMPLE, EL PSOE MIENTE".
No es esta la gente que yo busco. Os busco a vosotros que, como yo, amamos los olivos, los  miramos los todos los días, los alimentamos con nuestra presencia y nuestras palabras y no los venderiamos ni los traicionariamos por ningún oro del mundo ni por las más seductoras promesas. Que ellos y su producto reluzcan es lo único que pedimos y buscamos.  

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