martes, 1 de noviembre de 2011

NO MÁS LEYES, NO MÁS PALABRAS. QUEREMOS HECHOS.

Me he leido con detenimiento, después de su aprobación en el Parlamento andaluz y publicación en el BOJA nº 205 del día 19 de Octubre de 2011, la LEY DEL OLIVAR DE ANDALUCÍA.
El contenido es el esperado y deseado y el que hubieramos suscrito cada uno de nosotros. Sólo falta concretar los medios y recursos, sobre todo económicos. Así en el título I de esta ley se determina el PLAN DIRECTOR DEL OLIVAR "como el principal instrumento de coordinación e integración de las acciones a desarrollar por el conjunto de actores implicados en los territorios y, en particular, de los que participan activamente en la cadena de valor del olivar y sus productos". Este mismo título contiene igualmente dos tipos contractuales "para una mejor gestión del territorio del olivar" el CONTRATO TERRITORIAL DE ZONA RURAL y el CONTRATO TERRITORIAL DE EXPLOTACIÓN. Por último este título también instituye el CONSEJO ANDALUZ DEL OLIVAR "como órgano asesor de la Administración" sin determinar en ninguno de estos órganos y contratos ayudas compensaciones o servicios concretos al  olivicultor, quedando todo, como ya habían señalado muchas organizaciones agrarias y planteado en algunas de sus enmiendas a la ley, en vaguedades, faltas de contenido sin un soporte financiero claro y definido. Las palabras bonitas y bien intencionadas no convencen sin un respaldo monetario responsable, sobre todo, en estos tiempos diíciles.
También oimos el 28 del mes pasado en la Cooperativa de Nuestra Señora de Guadalupe de  Úbeda (Jaén) bonitas palabras  de la Consejera de Agricultura, asegurando que es "imprescindible que el nuevo marco de la PAC contemple mecanismos útiles de regulación del mercado que contribuyan a equilibrar la cadena del valor del aceite y garantizar un precio justo al agricultor". Clara Aguilera destacó también en ese  mismo acto "la importancia de trabajar en la concentración de la oferta, la mejora de la calidad, la promoción y la organización del sector".
Si todos sabemos cuáles son nuestros problemas, si todos están convencidos de nuestra importancia en  la economía de nuestra Comunidad y si todos estamos llenos de buenas intenciones ¿por qué llevamos ya tantos años sin poder levantarnos, por qué nadie se atreve a dar el paso adelante que nos haga avanzar unidos  por encima de la ramas de nuestros olivos y enfrentarnos con los hoscos frios de Bruselas, de Madrid , de Sevilla?.  

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