jueves, 20 de octubre de 2011

¿NOS SALVARÁ LA LLUVIA O LA EXPORTACIÓN?

Mucho tiempo sin poder alegrarnos con alguna noticia alentadora.
El almacenamiento privado no nos va a sacar de nuestra desesperación. El precio del aceite nunca ya remonta, tampoco el lampante, como habíamos creido. Y los aceites vírgenes se convierten en lampantes y los extra en vírgenes y el esfuerzo por coger la aceituna del árbol en buenas condiciones de calidad y el empeño, mi empeño, por las APIs no se ve recompensado de ninguna manera. Todos los aceites se están vendiendo practicamente al mismo precio, a ese ínfimo precio al que, sin embargo, no podemos, ni tenemos que acostumbrarnos.
 Sin embargo sobra aceite, por todas partes sobra el aceite y dar salida, a precios rentables, al sobrante de la producción de la campaña anterior, con una previsión para la próxima cercana a 1,4 millones de toneladas, es el principal reto al que se enfrenta en este momento nuestro sector. Indudablemente la solución ahora no está en almacenar, sino en vender
El mercado exterior es un camino que algunos estamos iniciando, con dificultades, con exigencias y burocracias que nos impiden avanzar.
Tampoco la PAC lanza signos favorables hacia nosotros, hacia ese avance necesario y la sequia nos ha estado ahogando durante un largo e interminable verano.
Y ahora que las lluvias se anuncian y que algunos nos planteamos fortalecer nuestros olivos y preparar la tierra contemplamos que toda clase de abonos suben y suben sin tener nadie en cuenta nuestras circunstancias.
¡Ojala esa lluvia próxima, al menos, nos sirva de autentico y mejor abono. Y yo recordaré otra vez a mi padre que rezaba de rodillas por ella y sólo confiaba en ella como su único dios!  

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