En estos momentos en el campo, como en todo el país, todo está a la espera con la misma desconfianza.
Esperamos la lluvia que no llega y que necesitan nuestras tierras, nuestros olivos, para poder soportar una carga que ya no sostienen sin su ayuda y que es también necesaria para para empezar a aplicarles los tratamientos que ahora se hacen más necesarios que en cualquier otra época del año .
Esperábamos el almacenamiento privado que ha llegado tarde, cuando la mayoría de nosotros nos hemos visto obligados a vender nuestra cosecha, y que va a beneficiar a muy pocos con la sola subida del aceite lampante.
Todo está en silencio. Sólo se oye en los bares y plazas el runruneo continuo y desesperado de los pequeños olivareros que necesitan contratar jornales durante los pocos días de su próxima recolección.
Yo, aquí mismo, me he manifestado partidaria de la nueva ley de Seguridad Social para los trabajadores del campo. Me parece que es algo justo. Pero también entiendo la desesperación de esos pequeños propietarios que tienen que pagar todo el mes por haber contratado a unos jornaleros tres, cuatro días, quizás una semana. Eso también es injusto en esta situación que soportamos. Muchos ya han decidido no coger la cosecha, si ellos mismos no pueden cogerla. Muchos otros quieren lanzarse a la calle con sus gritos y sus protestas. Otros esperan confiados que esta ley sea derogada o no cumplirla si, como es previsible, se implanta el 1 de Enerodel 2012.
Estamos desconcertados. No tenemos leyes de acuerdo a los tiempos en que vivimos. Tampoco en Europa se piensa ahora en nosotros y las propuestas que desde allí plantean no son alentadoras. En todos los ámbitos se nos exige, se nos exige hasta atornillarnos y dejarnos paralizados.Pero, dentro de todo, me considero afortunada de tener mi campo, porque sé que al lado de mis olivos o de mi trigo podré sembrar patatas, tomates, lechugas... y tendré algo que, regado de un poco de aceite, me sirva para comer debajo de un olivo que me ofrezca su sombra.
Por eso viviré siempre al lado de mis árboles, de mi campo, luchando por ellos, que son los que me sostienen y me sostendrán siempre.
HOLA SOY GLORIA
ResponderEliminarAY QUE VER, CADA DIA ME GUSTA MAS LO QUE ESCRIBES QUERIDA AMIGA.
QUE LLEGUE A QUIEN CORRESPONDA ¡¡TE LO MERECES!!!
¡¡¡ANIMO!!! MIL BESOS