Acabo de escribir esta carta que os mando al Delegado de Agricultura de Córdoba. Le expongo mis preocupaciones y las vuestras. Después de escribirla me he dado cuenta que, si la firmamos muchos de nosotros y acompañamos la firma con nuestro D.N.I., será más eficaz.
Yo, al escribirla no he pensado sólo en mí, por eso os pido que también en esto nos unamos. Me gustaría mandársela el día 29, un mes después de haberle mandado el primer escrito. El próximo 29 de Mayo si no recibimos esas ayudas esperadas volveré a escribirle y así hasta que nos escuchen, pero no puedo ser una voz que resuena sóla en un desierto. Confio en vosotros. Sé que tenemos fuerza y ganas de cambiar una situación que nos desborda...
SR. DELEGADO DE AGRICULTURA Y PESCA DE CÓRDOBA
Muy Sr. Mio:
El pasado día 29 de Marzo le mandé, desde la O.C.A. de Baena, unas fotos de la campiña de Córdoba, concretamente del polígono 3, parcela 46 y del polígono 1, parcela 68 para que comprobara los daños que el temporal había causado a los agricultores de la zona.
Me imagino que habrá visto muchas fotos como esas y quizá con sus propios ojos. Lo que me extraña es que no me haya contestado, al menos para calmar mis, nuestras angustias, y que no se hayan tomado aún medidas efectivas e importantes para paliar esos daños y ayudarnos realmente a nosotros, los agricultores, que nos vemos ya obligados a reponer olivos, a quemar trigo inundado, a arreglar regueras y veredas para poder sembrar girasol, etc., etc.
Las cosas, no sé si realmente se ha percatado de ello, están muy difíciles para aquellos que, como yo, no hemos podido afrontar los elevados costes de los seguros agrarios.
Da la sensación de que, desde las administraciones, en vez de ayudarnos, nos están forzando, cada día con más apremio, a dejar abandonados nuestros cultivos, a pesar de que incluso ahora con nuestros pocos medios y sin ninguna ayuda ya hemos empezado a arreglar lo que podemos y Vd. puede comprobarlo si se da un paseo por esos campos que en cierta medida también dependen de Vd., de Vds. que están en el gobierno, un gobierno sostenido, desde hace mucho tiempo, por los agricultores y la clase trabajadora andaluza que ahora nos vemos abandonados, cuando no somos responsables de todo lo que nos ha ocurrido. No se han cuidado las infraestructuras, ni las hidrológicas ni las de caminos rurales. Se han dejado embalses abiertos sin previsión ni aprovechamiento de un agua tan necesaria en nuestra Comunidad. Y esas son sus labores como la de garantizar unos precios mínimos a nuestros productos para que podamos seguir viviendo, para que podamos hacer frente a catástrofes como ésta que no se declara oficialmente como tal en nuestra zona.
Y quiero que esta carta sirva de muestra de lo que pensamos los agricultores de Córdoba, los agricultores de todas las provincias andaluzas que sienten cada día cómo sus productos, su vida, muere más deprisa, sin que Vds. promulguen acciones que nos alienten, sin que ni siquiera, Vd. responda a un escrito que iba lleno de esperanza.
Es triste, pero aún espero una respuesta, una toma de medida eficaces, un poco de su tiempo para que pueda leer esta larga carta que me sale del fondo de las entrañas. No quiero pensar que no merezcamos ser tenidos en cuenta en una situación como la actual en que, tal vez, en nuestra tierra la agricultura, bien llevada, planeada y gestionada entre todos, y con las administraciones a la cabeza, pueda acoger, como de hecho lo ha hecho en la última campaña de aceituna, a muchos trabajadores que se han quedado sin trabajo, una agricultura moderna que puede proporcionar valor añadido a sus productos, llenándolos de tradición, calidad , turismo, gastronomía, paisaje y, en definitiva, auténtica SOSTENIBILIDAD.
Le he abierto mi alma y, sí, espero que oiga su llanto, el llanto de todos nosotros. Si no lo hace seguiré molestándole con mis lágrimas, con todas nuestras lágrimas, porque necesitamos mucho un apoyo.
Le saluda atentamente
29 de Abril de 2010