Quizá hayan sido las lluvias o las expectativas de una buena cosecha o la primavera que, a pesar del frío, ya ha invadido y perfumado nuestros campos o ciertamente el rumor y las noticias insistentes de ligera subida de los precios de nuestro aceite, pero percibo movimiento, cambio en nuestra actitud y en nuestro ánimo.
Muchos amigos, familiares incluso, que hasta hace pocos días estaban en contra de la producción integrada, se han asociado a alguna API, bien por ahorrarse el coste de un perito particular, obligatorio para los tratamientos con fitosanitarios y cómodo para cumplir con la exigencia rigurosa del cuaderno de campo o bien por convencimiento de que la calidad de nuestra aceituna y sus características únicas son las que nos pueden abrir la puerta grande de la exportación que, como ya todos sabemos, es nuestra gran salvación. Calidad, mimo en el envasado y valor añadido. Quiero ver más y más mis ilusiones cercanas a la realidad.
Yo, como sabéis, estoy en el intento de crear una pequeña empresa familiar de venta y comercialización de aceite de producción integrada y estoy dispuesta a llevarlo, en cuanto pueda, a terceros países, como India e Indonesia, donde han incrementado las importaciones de nuestro producto en los últimos cuatro años. Más de un 300% en India y el 200% en el caso de Indonesia, todo debido a la promoción de la Interprofesional del Aceite de Oliva que en los próximos tres años gestionará dos programas cofinanciados por la U.E. Esta vez uno en nuestro país por la bajada de demanda, otro en los países mencionados.
También, teniendo en cuenta que España cuenta con más de 2,5 millones de hectáreas dedicadas al olivar y, de ellas, más de 1,8 de olivar tradicional, los propietarios de estas hectáreas nos estamos, ya casi todos, dando cuenta de que, para poder competir, tenemos que modernizar y mecanizar en todo lo que podamos los costes de una producción de máxima calidad, EL GRAN COSTE DE LA RECOLECCIÓN. Y yo ya tengo, ilusionada, a la vista un cajón recogedor de aceituna en los mantos que me está enamorando. Las cuentas me tienen que convencer y ojalá, si las pruebas me confirman su rentabilidad, me pueda hacer con él
Me siento más viva que nunca con la savia y la fuerza de los olivos corriendo por mis venas a borbotones.
Nubla, sobre todo, esta fría primavera la amenaza de la PAC, con la duda sobre Junio y la propuesta comunitaria de recortar en un 5% sus pagos en 2013. Pero siempre existe primavera que se mueve y nos remueva.