martes, 16 de abril de 2013

TENEMOS SOL

Y con el sol ha aparecido la luz y la esperanza ha renacido.
El campo está hermoso como nunca. Las tierras han empezado a secarse y todos nos hemos lanzado ya con la ilusión de una buena próxima cosecha a cuidarlos, a tratarlos y a sembrar el girasol que empezabamos a dar este año por perdido.
La fuerza de la naturaleza efervescente nos ha contagiado y las cubas de tratamiento, los tractores y demás maquinarias invaden nuestros campos. Nos las hemos arreglado con dificultad, con préstamos, con  el anticipo del pago de la P.A.C, para seguir arrastrándolas detrás de nosotros que, de repente, nos hemos erguido, esperando que ese sol que ahora tanto deseabamos no llegue a secarnos o a incendiarnos.
A mí incluso, en estos días, se me ha abierto la ventana que estaba empujando hacía mucho tiempo. Me refiero a mi intento, comentado aquí tantas veces, de comercializar el aceite de producción integrada de un modo que pueda resultar rentable y compensar el coste que esa producción supone.
Al final ninguno de los socios de la API,  a la que pertenezco, respondió a mis llamadas o a mis múltiples peticiones, pero gracias a los técnicos de campo y de almazara de la propia API, que se han prestado a ayudarme, sin exigir pago por su trabajo y sus favores en este primer intento, y gracias también al presidente de la pequeña almazara donde yo llevo la aceituna, buen amigo mio y persona de total confianza y con la honradez que requiere un cargo como el que tiene, vislumbramos poder moler en la próxima campaña aceituna con la calidad de produccción integada.
Por el momento sólo una pequeña cantidad de la mía, a modo de prueba y siempre que logremos unos canales de comercialización fiables y fáciles. Epezariamos por la vía "on line" y ya estoy en conversaciones con conocidos interesados en el tema.
Pero lo que me hace llenarme de sol y luz es el hecho que haya gente en este nuestro mundo de competencia, zancadillas y engaños que se ofrezca a colaborar en un proyecto que no tiene garantias de triunfo, pero que está lleno de ilusión y entusiasmo.
Queremos que sea una lanza que abra a los agricultores y, en especial a los olivareros, nuevos caminos de libertad, nuevos caminos de seguridad que pongan nuestro trabajo y nuestro producto en el ranking de calidad y de prestigio que merece y que nosotros necesitamos.
Lo que mucho se desea  se llega a conseguir. Y así ni siquiera el sol podrá quemarnos.       

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