domingo, 26 de abril de 2015

LA LLUVIA HA CAMBIADO LOS OLIVOS


La lluvia ha sido poca, pero ya nos conformamos con esas pequeñas cantidades. En Marzo: 8, 3, 2, 1... un total de 36 litros en  mi campo de Jaén, en el de Córdoba: 8, 4, 3, 1... un total de 34. En Abril la cantidad ha sido igualmente escasa y parecida: 19, 4, 17, un total de 40 litros en Jaén, y 19, 4, 7, 8, un total de 38 en Córdoba, pero los olivos y los cereales la necesitaban tanto que la han absorbido enseguida y muchos, como los míos, de manera profunda y rápida. Gracias a esa lluvia escasa y pobre, además de al relativo descanso de este año, tengo que decir que en todos los olivos, cuidados con cariño y atención por todos nosotros, he visto algo que nunca antes había visto y que tampoco he contemplado en los olivos de mis entornos.
La trama que llena por dentro y por fuera las ramas de mis olivos, está incluso en los brotes nuevos, entre sus pequeñas hojas y me ha parecido un espectáculo precioso, digno de recordar, agradecer y conseguir, en lo posible dentro de nuestro esfuerzo, que se repita. Un ejemplo a conseguir y que se puede conseguir.
Sin embargo,lo que ha destrozado la semilla de mis pipas en Córdoba ha sido el herbicida que echamos al trigo el año pasado donde este año, según antigua tradición, se ha sembrado el girasol. Un herbicida que contenía MET-SULFURON, adecuado para hoja ancha, siempre que el terreno mantenga humedad y no la gran sequía que hemos sufrido, nosotros con nuestros cultivos, por estas tierras.
Así, esta misma tarde-noche, después de conversaciones, llamadas telefónicas y demás, el distribuidor de PIONER, que me ha garantizado en varias ocasiones su buen hacer, me ha llamado para asegurarme que su empresa me proporcionará mañana mismo sin coste alguno, unas nuevas semillas a las que no les afectará, en absoluto, ningún perjuicio de herbicida, pero que por lo urgente de la siembra hay que usar una máquina de disco que profundice lo máximo y lo más rápido posible.
Nosotros no tenemos esa máquina y hay que contratar a un trabajador ajeno que la tenga y siembre en cuanto antes.
Mi encargado, con el que cuento siempre y al que alabo siempre, ha conseguido ya la máquina y el que puede sembrar si  no llueve, que es lo que de verdad seguimos deseando.
Estoy dichosa por tener a mi alrededor a toda esta gente, implicada en el campo con amor e interés.
Incluso, el perito, que me vendió el herbicida y que estaba ausente, después de recibir la noticia y haberle expuesto la necesidad de que su empresa ayude a mi campiña a mantenerse en su totalidad radiante y resplandeciente como nunca lo ha estado, siendo "su herbicida" la única oscuridad,ha percibido mi verdad.
Espero que mañana arreglemos todo, ya que los que no tenemos ninguna culpa ni ninguna responsabilidad, no somos nosotros ni las pipas, y necesitamos siempre justicia.
Quizá, pensándolo ahora, porque pertenezco al signo de "LIBRA" en el que tan pocas veces reflexiono, pero que me lleva constantemente hacia la misma senda clara y brillante.
Y ver ese ejemplo que nos ha dado esa amarga sequía y esa escasa lluvia es un acicate para lograr otro gran objetivo si mantenemos nuestro esfuerzo y nuestro amor por nuestro trabajo y nuestros cultivos, tanto en Jaén como en Córdoba-.
Sí, soy muy feliz y veo también muy felices y contentos a todos mis trabajadores que, incluso en la campiña cordobesa han conseguido olivos y trigo espectaculares.
No puedo terminar sin mencionar que fotos recientes de mis olivos de Jaén van a ser publicadas por una empresa de fitosanitarios, con la que suelo contar cuando necesito sus productos y sus vendedores. 
Y repito también que deseo más que nada que caiga la lluvia del cielo que es lo que todos más seguimos deseando y que se pronostica con pocos litros para este domingo.
Si todos nos apretamos los dientes con una sonrisa lo conseguiremos. A mí ya me lo ha dicho esta tarde con su gran aureola la luna. Y creo que también ha sonreído a muchos de vosotros que, como yo, sois agricultores preocupados por la próxima cosecha.