Ya hoy no sólo hablo de los daños de las lluvias, sino de verdaderas pérdidas, e incluso catástrofes, causadas por las inundaciones que venimos padeciendo, especialmente entre otros lugares, en la campiña de Córdoba desde comienzos de Diciembre. En Jaén los daños no han sido tan generalizados y, en concreto yo, me he beneficiado del agua.
Sin embargo, en mi finca de la Campiña Sur cordobesa llevo contabilizados en este mes 281 litros que, sumados a los caidos desde Septiembre, hacen un total de 513 litros, cantidad superior a la recogida en todo un año en campañas anteriores.
Y no es unicamente la cosecha del olivar la que se va a ver mermada, con la caida, el arrastre a los barrancos del fruto y la imposibilidad de entrar en aquellas tierras de bujeo con una maquinaria pesada y por donde corren verdaderos arroyos de caudal rápido y abundante en una zona donde pocas explotaciones han terminado la recolección.
Sin embargo, en mi finca de la Campiña Sur cordobesa llevo contabilizados en este mes 281 litros que, sumados a los caidos desde Septiembre, hacen un total de 513 litros, cantidad superior a la recogida en todo un año en campañas anteriores.
Y no es unicamente la cosecha del olivar la que se va a ver mermada, con la caida, el arrastre a los barrancos del fruto y la imposibilidad de entrar en aquellas tierras de bujeo con una maquinaria pesada y por donde corren verdaderos arroyos de caudal rápido y abundante en una zona donde pocas explotaciones han terminado la recolección.
También el trigo ha sufrido los destrozos que ya le afectaron el año pasado. Un año más las partes bajas, recien sembradas y que empezaban a repuntar con fuerza, parecen más auténticas lagunas en las que se espera ver patos nadando que un trigo ahijando. Sin contar que hay parte de las hectáreas pensadas y dedicadas al trigo que aún no han podido sembrarse porque la lluvia no lo ha permitido. Un año más en las mismas parcelas, en los mismos cultivos y, aunque este año tengo suscrito un seguro, dudo que pueda resolver todos los desastres acumulados.
UPA cifra en 59,64 millones de euros los últimos perjuicios de estas lluvias en la provincia de Córdoba y ha pedido a la administración un plan de recuperación de suelos, arreglo de caminos y mantenimiento de cauces y riberas de ríos y arroyos. A MÍ YA NO ME QUEDA TIERRA DIAPONIBLE PARA TAPAR CÁRCAVAS TAN PROFUNDAS Atender estas peticiones sería lo lógico, pero seguramente, como siempre nos veremos desatendidos como lo estamos en la regularización del precio del aceite, que por mucho que ahora se venda, está estancado sin cubrir gastos, y del trigo que ahora ha subido a 37 pts el kilo, cuando lo tuvimos que vender, obligados por las deudas nada más recogerlo, a 27.
De todas maneras, aunque se empeñen no nos van hacer abandonar nuestras tierras y cuidaremos de ellas, aunque tengamos que quitarnos el pan de nuestras bocas porque preferimos morir nosotros antes que nuestros frutos que también son nuestros hijos.