Ya estamos todos recogiendo nuestra aceituna y, como siempre, sorprendiéndonos, cada día, por su desarrollo.
Parece que este año no está saliendo de las almazaras o las cooperativas mucho aceite virgen extra y se cree que la calidad no va a ser buena. En efecto, todos, con asombro, estamos comprobando cómo, desde los primeros rendimientos hasta ahora, inexplicablemente esos rendimientos están bajando en lugar de subir, y cómo hay, por todos lados, mucha aceituna picada por la mosca, posible causa coadyuvante de esa bajada.
De lo que ya no nos asombramos es del precio del aceite. El virgen extra, a pesar de la puntualización hecha más arriba, hoy se está vendiendo a 305 pts y el lampante, del que hay en abundancia, sólo alcanza las 260 pts.
Todo está paralizado. Estamos sin gobierno. La gente espera con impaciencia la entrada del nuevo con otro empuje y otras miradas hacia nosotros. El problema es que ahora Europa nos dirige.
Sin embargo, ningún dirigente nacional puede olvidar que la producción de aceite sigue siendo, según recientes declaraciones de Comisiones Obreras, "el motor que reactiva la economía de Jaén y el "colchón"que alivia la situación del empleo provincial".
También esos futuros dirigentes deben recordar y deben haber leído hace unos días en todos los periódicos de la provincia, como lo hemos hecho nosotros, que "el olivar vuelve a parar en el mes de Noviembre la hemorragia al desempleo en nuestra provincia, que había superado la barrera psicológica de los 60000 desempleados en el mes de Octubre, el mayor crecimiento de toda Andalucía, habiéndo sido evidente, como siempre, el efecto "contagio" en todos los sectores".
Sí, nuestros nuevos dirigentes tienen que dar la cara por nosotros, defendernos con valentía en Europa y aquí atreverse, de una vez por todas, a enfrentarse con ese lastre del PER, que, en el fondo, a todos nos está perjudicando con sus cadenas y sus injusticias. Si no lo hacen así, la rebelión tendrá que comenzar por nosotros mismos, el pueblo, siempre el sector más callado y el más conformista y el más triste.
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