Las declaraciones de Juan Roig sobre el comportamiento de los chinos como ejemplo de la eficiencia económica han causado malestar en muchos ambientes y particularmente en nuestro sector del aceite.
Todos estamos de acuerdo en que MERCADONA es una gran empresa, de las pocas que, junto a INDITEX e IBERDROLA, siguen adelante con beneficios en estos tiempos. De acuerdo en que muchos de sus trabajadores están contentos y bien pagados. Pero ¿a costa de qué? cuando acabamos de saber que su presidente ocupa un lugar preeminente en la lista FORBES.
Nosotros no podemos olvidar el pacto hecho por esta empresa con la portuguesa SOVENA para producir marca blanca e ir expulsando de sus estantes, paulatinamente, marcas españolas, habiéndose iniciado para ello la compra de terrenos y plantación de olivares en Portugal y el Norte de África y habiéndose quedado también estas dos empresas con todo el aceite de oliva portugués del grupo SOS y con aquellos sus proyectos de plantación de olivos en el Norte de África.
Todo esto, sin tener en cuenta las huelgas hechas por otros de sus propios tabajadores, la cantidad de pequeñas empresas y comercios de barrio que han tenido que cerrar o despedir ante esa gran expansión.
Trabajadores perjudicados también de nuestro campo que no han trabajado como chinos, pero que han sudado y tiritado pasando muchas horas debajo del fuerte sol y de algunas lluvias y que ya no tienen ni con los olivos ni con las tiendas pequeñas posibilidad de poder seguir viviendo.
Trabajadores perjudicados también de nuestro campo que no han trabajado como chinos, pero que han sudado y tiritado pasando muchas horas debajo del fuerte sol y de algunas lluvias y que ya no tienen ni con los olivos ni con las tiendas pequeñas posibilidad de poder seguir viviendo.
MERCADONA ¡qué ejemplo! Pero en los negocios, como en la política, es necesario que, en medio, brille la ética. No ganar, subir rápido para pisar y ahogar a otros.
Hemos superado los límites y por eso hoy en mi pequeño pueblo y en su Cooperativa más grande se ha convocado un reunión para coordinar nuestras quejas y tomar, por fin unidos, decisiones que impulsen un cambio, una nueva conciencia.
¡Ojalá la luna nos dé la fuerza que yo tanto le pido! y sigaís, sí, el ejemplo de nuestra reunión de esta tarde. No se trata de que unos pocos se conviertan en millonarios con la ruina de todos. El campo es ancho y cabemos todos.
¡Ojalá la luna nos dé la fuerza que yo tanto le pido! y sigaís, sí, el ejemplo de nuestra reunión de esta tarde. No se trata de que unos pocos se conviertan en millonarios con la ruina de todos. El campo es ancho y cabemos todos.
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