martes, 21 de septiembre de 2010

LA VUELTA ES EL COMIENZO

La vuelta a la lucha del campo ha sido muy dura y, con el salitre del mar en la boca y el reflejo de la luna en mis manos, he tenido y estoy teniendo que hacer frente a embargos injustos de la Tesoreria General del Estado, a recogida de unas pipas que han producido poco y con parámetros que no alcanzan los requeridos para alcanzar una buena venta. Y también, y no podía ser de otra manera, me he visto obligada a amontonar datos, certificados y pruebas para solicitar la devolución del IBI rústico de Córdoba, porque, después de las inundaciones sufridas en esa provincia durante los pasados meses, no hay certeza de ayuda alguna, ni siquiera la de ENESA -como así me lo ha hecho deducir el Delegado Provincial en carta del 27 de agosto - para los agricultores que no suscribimos seguros agrarios .
A todo esto hay que sumar la liquidación del aceite de la pasada campaña, con un precio que se mantiene estancado, pero del que necesitamos el dinero para pensar en una posible y próxima cura para unos olivos que están mejores que nunca y de los que siempre, como padres amantes, aunque muchas veces equivocados, esperamos lo mejor.
Yo, como quizá muchos de vosotros, he pensado en mis sueños no volver, pero, cuando piso la tierra que pisan mis árboles y me abrazo a ellos y siento que ellos me abrazan a mí, sé que no puedo estar en otro sitio  y que la lucha por ellos es, en realidad la lucha por la vida, por la verdadera y primera vida. Ellos ahora están sorientes y son otra vez el comienzo.  

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