viernes, 1 de enero de 2010

LA AGRICULTURA Y LA U.E.


Hoy, 1 de Enero de 2010, no se habla y no se escribe de otra cosa que de la Presidencia española de la U.E. Y somos muchos los agricultores que esperamos poco de ella.
Conocemos, hace algún tiempo, las prioridades y propuestas que, sin reuniones previas con las asociaciones agrarias ni con las oportunas consultas  a los propios agricultores, va a presentar España. Pueden centrarse en las siguientes:

   - Lucha contra el cambio climático.
   - Defensa de la biodiversidad.
   - Preservación de los bosques.
   - Uso sostenible del agua.
   - Gestión pesquera.
   - Fomento de la competitividad de la agricultura
      y de la industria alimentaria.
   - Refuerzo del papel de la mujer en el medio rural.
   - Defensa del futuro de la P.A.C. más allá del 2010.

Todos estos principios, abstractos y vagos, parecen razonables y hay que estar de acuerdo con ellos, asi como, con la propuesta de celebración en Mérida, los días 30 de Mayo y 1 de Junio, tanto de un Comité Especial Agrario, como de un Consejo Informal de Ministros.
Y, hoy mismo, la Ministra, Elena Salgado, ha asegurado que aprovechará la Presidencia española para defender "activamente" el valor estratégico del sector agroalimentario español, para que el contexto europeo le ayude a ser más competitivo y avanzar hacia los mercados de terceros paises.
De la misma manera, cuando el día 29 de Diciembre las asociaciones agrarias, COAG, ASAJA UPA y las cooperativas entregaron a Zapatero "un plan de economía sostenible", pidiendo, como medidas de choque, LINEAS DE FINANCIACIÓN, VENTAJAS FISCALES y AYUDAS PARA SECTORES ESPECÍFICOS:  el viñedo, el cereal, el olivar, el ovino, el vacuno de leche, entre otros, el Jefe del Ejecutivo respondió que no dejará abandonado a un sector ajeno a la especulación,
Pero no bastan los principios, las buenas palabras para todos a  las que nos tiene acostumbrados este Presidente y sus ministros. Se han de tomar medidas y a los agricultores nos gustaría oirle hablar de nuestros olivos, de nuestro trigo, de nuestras vacas con un lenguaje concreto y cercano a la resolución de nuestras dificultades. No habrá agricultura ni economía "sostenible" sin nosotros, porque si faltamos nosotros el desastre medioambiental está asegurado y eso nuestro Presidente no lo contempla, no lo entiende o no quiere entenderlo.
 Sí, han empezado a hablar de nosotros, que esas palabras no se las lleve los vientos que ya han tirado por los suelos nuestras aceitunas.

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