Desde aquí, y aunque estoy segura que no me leerán ni me harán caso, hago un llamamiento, lanzando un grito lleno de sangre y rabia, a todos los que se llaman "oficialmente" defensores de nuestra tierra, de nuestros olivos para que comienzen a marchar unidos y veamos de verdad que las cosas mejoran.
Y nosotros, que hemos visto con esperanza que el precio del aceite subía algo, hoy sabemos que ese precio lleva estabilizado unos cuantos días. Somos optimistas y confiados: "Con el almacenamiento sube el aceite, pero yo no quiero almacenar, que el riesgo lo corran otros. Ya sabré yo sacar mi propio beneficio". Eso es lo que hemos hecho y hemos pensado muchos de nosotros: esperar que las cosas cambien gracias a otros, gracias a la suerte e incluso gracias a la luna.
Pero, mientras nuestras asociaciones y nosotros mismos no seamos responsables y conscientes de lo que se está jugando, las cosas poco podrán cambiar. Y el problema es que ya es hora de que por fin cambien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario